jueves, 26 de noviembre de 2009

Siento, existo...

Aquí estoy, ¡Oh Padre celestial! aquí estoy
Ya no poseo hombres ni estandartes.
Las lágrimas han dado a mi espada
Su filo y su venganza.

Escribir lo que siento, he ahí mi existencia
Mi devenir inalterable al cauce de mi río.
Ya no es mi dilema: pienso, existo.
Quedan ahora otros señuelos en el alma mía.
Siento y existo… siento y soy todo aquello que es herido.
¡Detente! Silencio mío. Detente, que la muerte ha caído.

Iván David.

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