domingo, 28 de febrero de 2010

La Luna

Te elevas perfecta, armonía divina...
Y yo me inclino ante ti.
Todo mi mundo se inclina ante ti
Guardiana de las noches y los días...

Hechizos de ensueño tus rayos inspiran
Cuántos hombres y cuántos siglos
Han pasado...
Y aún así, tú y yo,
Somos los mismos...
Tantos cuerpos vacíos
Me desalientan
Y me declaro en rebeldía...

Me acurrucas entre tus rayos de Sol, Luna divina...
Y entre los sueños me voy elevando hacia tus planicies
Y mi ser se ha deshecho en un millón de partes
Para admirarte desde distintos ángulos con mi alma herida...

Yo me elevo, y tú te acercas
En la relación equidistante
De un amor en su justa medida...
Y tú te elevas, y yo me vuelvo
Pero sólo porque te quiero.

Los hombres no pueden escuchar tus versos
Se dan besos tibios sus almas en celo
Buscan desalentados una luz que los guíe
Pero no ven en tus rayos la belleza y la armonía...

Alma divina que envuelves mi mundo
De tantas maneras y entre tantos relojes
Ante tu luz se desarman los corazones
Y continúas elevándote... guerrera...
A tus palabras me entrego, lengua divina
A tus palabras...
Y a tu silencio...

La luz que no llega...

He aquí que lloro mis lágrimas,
dejo escalones que jamás volveré a pisar.
No se repiten, se abandonan.
Pero cuánto miedo hay aún por despertar...
Ah... despertar. Soñar... no más.
Tan dividido estoy, que cuando duermo... vivo
cuando lloro... canto
cuando llamo... vuelvo.

Venga a mí la comprensión
Venga a mí la Sabiduría
Venga a mí la visión
de un nuevo y glorioso día...

Te abandono. Sólo medité mi camino.
Mis piernas me duelen, son los primeros pasos que dan.
Mi virtud ya no es secreta
la que cada uno habrá de ganar por su propio esfuerzo...
por sus propias lágrimas...
Algún día la veré llegar.
Luz mía, luz nuestra...aproxímate ya...
Hace tiempo que te invoco mas tú no parecieras llegar.
Solo me quedo, te abandono...
Solo me dejo llevar,
el río es peligroso,
quisiera dejar de llorar...

¿Perdido? ¿Dormido?

Estoy perdido
entre espejos tiemblo en el mar del olvido
el timón se hace fuerte, y el viento, dormido...
no me quiso a mí.

Estoy dormido,
sin soñar... respiro y vivo
o no. Ya no es un dilema,
sólo es un signo.

Le temo, me mira y el temor aumenta...
Ya no es un dilema...
Ya no, no, no.

Estoy despierto
entre ellos que duermen, ¿ó en realidad
soy yo el que duerme, y ellos los que están vivos?
Ellos lloran y sueñan.
Yo los veo, y estoy libre y vivo...

Mi princesa luna...

Algunos de los mejores recuerdos
que me quedan de ti
son los que aguardan
en lo profundo de mi corazón.

Ellos te recuerdan y te necesitan, amada mía,
ya que el olvido los está matando.
Y en cada momento que cae el tiempo
desde las alturas del Infinito,
desde donde las estrellas cantan sus angustias...
Ellos te llaman, esos recuerdos,
pidiendo que de tus ojos caigan diamantes...
y que el cielo, por piedad de tu alma,
regrese a las alturas... adonde pertenece... adonde perteneces...

Mi amada inmortal
eleva tus ojos a la Luna, y devuelve a las estrellas su cielo...
y quédate conmigo...
Yo te necesito a mi lado, amada mía.

16/02/2003

El reloj, el tiempo...

Vieja hojalatería de recuerdos
que envuelve un pasado sin retorno.
Cárcel de mis añoranzas que me hace sufrir
al ver la libertad de mi razón un minuto adelantada...

Marcaste lo que no existía
pidiéndole a la eternidad
un segundo de su dicha
y ella, relativa y solitaria,
te concede los números
que harán andar tu sistema solar
tan sólo un día más...

¿Cuál fue tu principio? ¿Cuál será tu final?
¿Quién eres ahora? ¿En quién te convertirás?
Si la sencillez fuera vuestra dueña
no habrías dado sueños, a éste hombre,
de libertad...

Herido...

Me siento desfallecer en este lecho frío y solitario.
Sin bálsamo me he quedado...
desamparado, herido y con el corazón a medio latir.
¿Es necesario acaso este dolor que sin alivio se ha posado sobre mí?

viernes, 12 de febrero de 2010

Triste

Otra vez...