Mi alma se eleva
Para alcanzar tus rasgos
Que no ven los simples mortales
Tu belleza inmortal y serena
Diáfana, tu nombre inspira delicadeza,
Relega al poeta la descripción de tu ser
Y sin querer se convierte el poeta
En filósofo, descubridor de tu ser.
Trémula y distinguida,
Favorecida por los rayos del Sol,
Naciste pura y casta
En mi mente y en mi corazón.
Ojos campestres, tu visión
Anida infinitos mundos
Que danzan al compás de tus palabras
Maravillas sosegadas, poesías del Amor.
Todas a ti se encaminan, todas en ti dominan
La belleza de tu rostro, y la semblanza de tu ser.
Iván David.
Siempre con ese odio
Hace 13 años
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